Este libro pretende hacer una estética del cine boliviano, es decir, proponer trayectorias de lectura, perspectivas que permitan una comprensión otra de nuestra cinematografía. Las relaciones entre las diferentes películas que aparecen en este libro se realizan a partir de un análisis de los espacios que aparecen en cada una de las propuestas de los cineastas.
La perspectiva escogida requiere un acercamiento metodológico muy rigoroso puesto que implica un análisis formal de los filmes. Las líneas argumentales de las distintas películas van a ser dejadas de lado, para concentrar nuestra atención en los aspectos específicamente cinematográficos de las películas: los movimientos de cámara, los montajes, los encuadres, los colores, etc.… Para esto, se ha realizado análisis plano por plano de una serie de películas para establecer sus relaciones formales.
La hipótesis del trabajo es la siguiente: a pesar de la heterogeneidad temática en el cine boliviano producido por el digital hay todavía gestos que se siguen manteniendo a lo largo de los años. Estos gestos se encuentran tanto en cineastas jóvenes como en consagrados. Es de esta reflexión que nace la constatación de que hay una perspectiva del cine boliviano que tiene que ver con una estética del encierro, es decir, la construcción de espacios de enclaustramiento en diferentes películas y directores.